En el territorio protegido de la Denominación de Origen Jumilla hace muchos años que conocemos el equilibrio. Se trata de un equilibrio perfecto entre la vid, la tierra y el ser humano. Un acuerdo tácito entre el viticultor y la naturaleza, entre el humano y el medio ambiente. Un respeto mutuo que se pacta con la palabra ecología, no como una moda, sino como un sello de identidad milenario en estas tierras. Esta armonía perfecta da forma a una uva autóctona, con personalidad propia: la Monastrell. Una vid que se beneficia del arte del cultivo ecológico, ese que aprendimos a desarrollar hace más de 2,000 años. Hablar de la Denominación de Origen Jumilla es hablar de un equilibrio muy fácil de disfrutar en cada trago. El Equilibrio Perfecto.